De la misma manera que el enfoque de un Plan de Empresa es el de tener una guía que ayude a la hora de valorar las soluciones que se van improvisando sobre la marcha: una especie de brújula que sirve para ver cuánto me estoy desviando de mi camino; el enfoque que damos en artabria comunicación es que todo emprendedor debe tener una guía para convertir eso que sabe hacer (producto/servicio) en algo que se pueda vender; y, lo más importante, que se pueda llegar con él al público que es quien lo va a comprar. Aunque sólo sea para que cuando se haga, se pueda valorar en qué nos estamos desviando de lo que habíamos previsto.
¿Encanutillado? ¿Encuadernado? ¿Encarpetado? O quizás ‘sólo’ guardado en lo más profundo del cerebro reptil de nuestra empresa…
Para convertir eso que sabemos hacer en algo que se pueda vender, tendremos en cuenta tres cosas importantes:
- Una COMPRA es un intercambio de algo por otra cosa de IGUAL VALOR: “Es de necios confundir valor y precios”
- las empresas realizan trabajos. Los clientes compran productos: En una cafetería pagas por un café; no por lo que cueste hacerlo
- La venta no está hecha cuando el cliente “compra y paga”; no lo estará hasta que use el producto y se encuentre satisfecho
Las herramientas que utilizamos para llegar con ese producto a los clientes pueden ser muchas y muy variadas:
- Publicidad
- Boca -> oreja: lo que nuestros clientes digan de nosotros
- Visibilidad: lo que la gente ‘vea’ de nuestros clientes
Las listas son infinitas. Las posibilidades también. Pero la mayoría de ellas pasan por crear una marca y tratar de posicionarla lo mejor posible entre nuestro público. Esto es así desde el Siglo XII… más o menos. Esa marca, ahora, se llama Personalidad Corporativa.
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