Un anagrama puede ser dos cosas muy diferentes. Desde el punto de vista de la escritura, una anagrama es una palabra formada cambiando de posición o de orden las letras o las sílabas que forman otra palabra distinta (Rotom… motor escrito al reves; es un personaje de los Pokemon). Desde el punto de vista del diseño, un anagrama es un dibujo formado por las letras de un nombre; que identifican una firma o una marca.
Un anagrama puede estar formado por toda la palabra (SONY, Telefónica, Vodafone) o por unas pocas letras (“IB” de Iberia o la “f” de facebook; son dos de los más conocidos). Se pueden formar anagramas de abreviaturas, de iniciales, de siglas y de un montón de cosas; siempre y cuando estas identifiquen la cosa a la que nos queremos referir. Puede haber marcas identificadas con varios anagramas: toda la palabra, iniciales o siglas.
En ese anagrama, es fundamental la tipografía elegida (que puede extenderse o no al resto de la imagen corporativa) y los colores. Es mucho más fácil de memorizar que un nombre, sobre todo cuando “dice algo” en un idioma que no entendemos. Prácticamente todo el catálogo de IKEA son anagramas (a no ser que seas sueco).
Un anagrama de un nombre bonito y fácil de recordar es una de las maneras de construir logotipos que funcionan muy bien. Independientemente de que posteriormente se les unan o complmenten emblemas o creatividades gráficas que puedan funcionar como “avatar”.