Muchas veces se plantea la estrategia de marketing de contenidos un poco sin pensar; y esta se reduce a volcar en la web o en el blog corporativo lo mucho que sabemos acerca de lo que hacemos. Y de ahí, directamente, a las redes sociales.
La estrategia no funciona y puede ser por dos motivos: o bien lo que contamos no le interesa a nadie, o bien sí interesa, pero llama la atención de nuestra competencia y no de nuestra clientela.
Cuando desplegamos una estrategia de contenidos como fundamente del marketing, tenemos que tener muy claro qué es lo que les interesa a nuestros clientes en cada canal. Por ejemplo: esto es un blog de marketing… pero tengo mu claro que a mi clientela, normalmente negocios o profesionales de muy pequeño tamaño y muy “de nicho”, no les voy a llegar hablando todo el rato de lo mucho que sé de marketing.
Su interés por esos contenidos es muy puntual: una necesidad o una estacionalización; así que si quiero mantener su interés durante tiempo para estar presente cuando surja ese interés tendré que ser capaz también de hablar de fútbol, de las navidades o del día de la madre…
Tener presente esa necesidad dentro de la línea de contenidos es fundamental, porque buena parte del gasto en ese tipo de estrategia se realiza, precisamente, para pagar esos contenidos. Las creatividades son caras y hay que usarlas para dar en la diana.